El Gin Fizz y su primo Tom

A diferencia de lo que pasa con muchos cócteles, el nombre de Gin Fizz nos indica lo que nos vamos a encontrar en la copa. En efecto, esas dos palabras nos proporcionan muchas pistas, pues lo de fizz nos indica el tipo de cóctel que tenemos entre manos: una bebida larga que lleva limón. Por su parte, gin alude a que su ingrediente principal es la ginebra. De hecho, junto con el Dry Martini y el Gimlet, forma parte de la trilogía de los cócteles de ginebra mejores, más famosos y más sabios. Respecto a la marca de ginebra más apropiada para elaborarlo debemos mencionar que muchos bebedores asiduos de este cóctel se decantan por la Beefeater, aunque parece claro que cualquier London Gin a gusto del consumidor haría un buen papel: la Bombay Shaphire, la Tanqueray, incluso la Larios.

Respecto al nombre, recuerdo que en la película “Bajo el volcán” de John Huston se hace un juego de palabras con él. Un cantinero mexicano lo pronuncia como si fuera gin fish y la mujer del cónsul pregunta en qué consiste ese plato de pescado”[1]. Así que, cuando ustedes lo pidan, procuren pronunciarlo correctamente, no sea que acaben tomando sushi”.

Además, el Gin Fizz también se caracteriza porque se le añade soda y azúcar. La soda tiene como función rebajar el alcohol lo que le convierte en una bebida ideal para una velada tranquila y civilizada, lejos de los sobresaltos que pueden dar los cócteles con tequila, ron o, incluso, el mismísimo bourbon en un día malo.

En cuanto al azúcar, forma parte del peculiar encanto de esta bebida que radica, en gran medida, en que su sabor comienza siendo agridulce por el limón y termina con notas dulces.

También es fundamental que el Gin Fizz, para ser digno de recibir este nombre, se prepare agitando la coctelera, sea decorado con una rodaja de limón y servido en vaso largo. Al margen de estas cuestiones técnicas, hay un método infalible para saber si uno está tomando un auténtico Gin Fizz. El sistema lo aporta un bebedor tan experto como José Luis Garci cuando dice: “Si escuchas la voz de un ser querido dentro de tu cabeza, no hay duda: te estás bebiendo el auténtico rey de los cócteles de trago largo, la copa que atesora más condición humana[2].

El resultado final de estas mezclas es un cóctel elegante y equilibrado que favorece las conversaciones inteligentes y creativas. Por eso no es raro que en la película “Habana”, Robert Redford, ofrezca un gin fizz para sobornar a un policía cubano, utilizándolo como símbolo evocador de la vida elegante y lujosa que llevará en Estados Unidos[1].


[1] “Habana” dirigida por Sydney Pollack en 1990 es uno de sus trabajos más comerciales y se sitúa en los momentos previos a la Revolución Cubana.

Gin Fizz

Gin Fizz

Elaboración del Gin Fizz

 Ingredientes: Ginebra seca, zumo de limón, soda, hielo pilé, una cucharadita de azúcar glass y una rodaja de limón.

 Echar el hielo en la coctelera hasta la mitad.

 Añadir a la coctelera 2/3 de ginebra, 1/3 de zumo de lima y el azúcar.

 Agitar enérgicamente hasta que el agua se condense en el exterior de la coctelera.

 Verter el contenido en un vaso largo, completar con la soda y remover.

 Decorar con una rodaja de limón.

 Tom Collins

 Otro cóctel emparentado con los que se mencionan en este post es el Tom Collins, que emplea los mismos ingredientes que el Gin Fizz pero que, en vez de ser agitado en la coctelera, es removido en vaso y decorado con una guinda verde. Semejantes variaciones, aunque puedan parecer nimias, cambian el resultado final del cóctel porque éste es siempre un mecanismo de relojería. Así, en este caso, finalmente se lograra una bebida menos espumosa y conjuntada que el Gin Fizz.

El Tom Collins quizás sea la versión más light de los cócteles con ginebra y, de hecho, los grandes bebedores suelen tenerle manía. Juicio de valor que yo ni entiendo ni comparto pues me parece una bebida muy indicada, por ejemplo, para tomar con una mujer con la que no se tiene confianza o bien porque sea una primera cita o bien porque no se haya bebido nunca antes con ella. En esos casos el Tom Collins alegrará y animará pero sin obligar a decir verdades ni a despertar los demonios.

De la misma opinión debía ser Tom Ewell, que en la película “La tentación vive arriba” ejerciendo de “Rodríguez” en Manhattan, ofrece esta bebida a su vecinita Marilyn Monroe la segunda vez que baja a su piso[4].

El nombre de Tom Collins proviene de un juego de palabras entre el nombre del inventor (el dueño de un bar londinense llamado John Collins) y el nombre de la ginebra que utilizó para crear su criatura, la holandesa dulzona Old Tom. Hoy en día el nombre se ha generalizado para aplicarse a todos los cócteles que se preparan de esta manera y llevan limón, entre los que se pueden destacar el Tequila Collins, el Vodka Collins, o el Ron Collins como el que toman Edward G. Robinson y Joanne Bennet en la película de cine negro “Perversidad”[5].

Tom Collins

Tom Collins

 Elaboración del Tom Collins

 Ingredientes: ginebra, zumo de limón, soda, una cucharadita de azúcar y una rodaja de limón.

 Verter la ginebra y el zumo de limón en un vaso alto.

 Añadir la cucharadita de azúcar.

 Rellenar el vaso con soda y remover.

 Decorar con una raja de limón y una guinda.


[1] “Bajo el volcán” (Under volcano) de 1984 es la antepenúltima película filmada por el director norteamericano.

[2] “Beber de cine”- José Luis Garci- Ed. Nickel Odeon– pag 90

[3] “Habana” dirigida por Sydney Pollack en 1990 es uno de sus trabajos más comerciales y se sitúa en los momentos previos a la Revolución Cubana.

[4] “La tentación vive arriba” (The seven years itch) de Billy Wilder que fue estrenada en 1955.

[5] “Perversidad” (Scarlet street) dirigida por el maestro Fritz Lang y estrenada en la gran pantalla en 1945.

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